Girona es un asentamiento urbano muy influido por su fisonomía fluvial, determinado por el paso de cuatro ríos: el Ter, el Onyar, el Güell y el Galligants. El río nos invita a relacionarnos ecológicamente con el territorio, pero también constituye un espacio de creación de metáforas que pueden resultar una herramienta muy necesaria desde el punto de vista conceptual, creativo o vital. Una deu (término en catalán que significa fuente o manantial) es una fuente subterránea, de donde nace el río. Como tal, es un principio. Volver a los manantiales es volver allí, a la esencia, al principio del Ter. Volver a los manantiales es remontar el río, convertir el espacio y el tiempo en algo reversible, hacer de lo que baja una ascensión o, como mínimo, un diálogo, una alteración del curso natural de las cosas mientras se trabaja a partir del curso de las cosas. El río, como la memoria, se estratifica; tiene sus derivas, que hacen y deshacen el camino a trompicones, sin pautas; son un flujo que a veces se adelgaza o se desborda. La desterritorialización y la reterritorialización son acciones que no le son ajenas.
El río ofrece otro diálogo territorial más allá de las fronteras administrativas. Es sintaxis de todo lo que atraviesa y lo hace arrastrando, erosionando, sedimentando, inundando, cincelando, desdibujando y rehaciendo el territorio. El río atrae magnéticamente asentamientos humanos; de ahí que esté tan vivo. La biología denomina a este aspecto conectividad fluvial, concepto relacionado tanto con las láminas de agua como con la zona de ribera, pero también con las áreas inundables, los meandros y los cursos intermitentes o abandonados. Lo que ocurre en una punta del río tiene consecuencias sobre todo el territorio, de tal forma que el mundo vuelve a una antigua causalidad. Girona es atravesada por el Ter, el Onyar, el Güell y el Galligants. El Ter nace en Ulldeter y transcurre por las comarcas del Ripollès, Osona, la Selva, el Gironès y el Baix Empordà hasta desembocar en L'Estartit. Además, el río Ter une dos municipios que están divididos por una frontera administrativa, Salt y Girona, una frontera que borran las propias huertas. El río es una oportunidad para pensar otros modos de poner en valor el territorio a partir de procesos y conceptos como nacimiento, curso, deriva, fluidez, sedimentación, invasión, inundación y desembocadura.
Esta exposición forma parte de una línea de actividades que, bajo el título genérico de De rerum natura, se cuestiona por la naturaleza de las cosas y por las cosas de la naturaleza. En este caso, «Hacia las deus» es un pretexto para crear una comunidad transitoria, un flujo de ideas, miradas y obras, la mayoría protagonizadas por personalidades del territorio, artistas que han trabajado profundamente la relación obra-naturaleza y, en concreto, el imaginario fluvial.
La exposición tendrá lugar en la sala del Bòlit Pou Rodó y en la sala de La Rambla, pero tiene sus propios afluentes: en el espacio de la Volta y en el Museo del Agua, que acogen los talleres; en el Centro Cultural La Mercè, con las conferencias y las relecturas de libros; en las riberas del río Ter, en las huertas y el barrio judío, con las rutas de las actividades Miticultor (programación familiar); así como en las escuelas, con un programa de actividades educativas.